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La armada invencible

¿Y si la armada invencible hubiera invadido Inglaterra?

¿Habéis oído hablar de la palabra ucronía? Pues, bien, una ucronía es, según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, la reconstrucción de la historia sobre datos hipotéticos (sic), lo que se ha dado en llamar, también, historia contrafactual o historia alternativa. Sobre ucronías han corrido ríos de tinta, y de tal intoxicación literaria tampoco han podido sustraerse el cine ni la televisión. Tan es así, que, a menudo se confunde ucronía por distopía, mientras que esta última es, según la misma RAE, la representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana (sic). Entre las ucronías más recurrentes no pueden faltar, cómo no, las que narran viajes en el tiempo o desplazamientos temporales, de los que, por cierto, ya habló sobradamente Albert Einstein (véase, p. e. la paradoja de los gemelos).

Hoy traemos a colación una ucronía televisiva que parte de la pregunta ¿Y si la armada invencible hubiera invadido Inglaterra?. Se trata del capítulo 21 de la segunda temporada de la popular serie El ministerio del tiempo, que lleva por título Cambio de tiempo, un episodio con el rey Felipe II como personaje protagónico, cuya intrincada trama pondrá al descubierto las veleidades megalómanas de un monarca que aspiraría, según la maniquea cosmovisión histórica de sus autores, a instaurar una teocracia al más puro estilo «contrarreformista», no sólo en sus dominios territoriales, sino, también, en los que, supuestamente, hubiera podido conquistar allá por 1588 de no haber naufragado la Armada Invencible.

A la pregunta, pues, de qué habría pasado si la Grande y Felicísima Armada hubiera invadido Inglaterra ya intentó responder Harry Turtledove a través de su obra Britania conquistada [efn_note]Turtledove, H. y Verloop van der Meij, E. (2005). Britania Conquistada. Granada: Grupo AJEC.[/efn_note] haciendo alarde de una incuestionable inventiva. Lo cierto es que de lo que se trata, a fin de cuentas, no es tanto, de plantear hipótesis alternativas impropias del rigor académico, sino de evidenciar que obras de ficción histórica como las aquí enumeradas contribuyen a alimentar la leyenda negra que parece que nunca va a dejar de planear sobre las gestas que jalonan la Historia Universal y la Historia de España a un tiempo. Como muestra, un botón. ¿Dejaremos, pues, alguna vez, de tragarnos estoicamente todo cuanto se propaga cual pólvora a través de los medios de comunicación de masas con la única finalidad de anestesiar conciencias para ser dirigidas ‘gregariamente’ según los dictados del poder? La esperanza nunca se pierde, o eso dicen.