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Va de reseñas… ‘La aldea maldita’

La aldea maldita de Florián Rey (1930) es una alegoría de la conflictividad social que genera la pobreza, además de los convencionalismos que subyugan a la sociedad, aunque siempre haya excepciones que ponen en duda la solidez de pretendidos principios.

En esta aldea misérrima de Castilla, un hombre y una mujer conviven junto con el padre del marido y el hijo de ambos. Ella decide abandonar el hogar familiar para labrarse un porvenir que a los ojos de la sociedad de entonces era indiscutiblemente reprobable.

El director aragonés, Florián Rey, malogró el destino del personaje principal, porque no pudo impedir que las diferencias de género pusieran límites al espíritu emprendedor de una mujer de la época.

Hay que tener presente que esta película se rodó y estrenó durante la dictadura «primorriverista», por lo que, a pesar de lo expuesto atrás, el realizador supo expresar, subrepticiamente, el conservadurismo de una generación, influida, cómo no, por el régimen imperante, conservadurismo que repudiaba a todo aquél que no obedeciera a un código moral tan rígido como dudosamente honesto.