CineHistoria

El viaje a ninguna parte

¿Sabías que «El viaje a ninguna parte» es un ‘biopic’ de su autor?

En efecto, porque, si no lo es por entero, sí evoca los recuerdos de su autor quien, no por casualidad, creció durante una de esas caravanas de «cómicos de la legua» peninsulares que acarreaban con todo su atrezzo mientras vagaban de un pueblo a otro, de una comarca a otra, en busca del sustento diario. Quizás por ello, el productor del filme, Julián Mateos, quiso encomendar a Fernán Gómez que tuviera el arrojo de extrapolar a la gran pantalla las peripecias de los suyos y de todos aquellos actores errantes a los que, curiosamente, los denostados «peliculeros» también rinden un caluroso homenaje cinematográfico. Baste recordar que, como la diégesis describe, el polifacético don Fernando empezó su carrera artística más tarde de lo esperado, y aunque hoy se le recuerda más por sus anecdóticos aspavientos, es indudable, que cultivó otras artes con no poca profusión.