Dime cómo te sientes y te diré qué peli ver

Dime cómo te sientes y te diré qué peli ver

RIERA, A. (2016). «Dime cómo te sientes y te diré qué peli ver». Barcelona: Redbook Ediciones.

S iempre es de agradecer todo acto de altruismo por leve que se nos antoje, y por más que sólo –que no es poco–, tenga por objeto levantar el ánimo de quien, nublado por la desesperanza, ni tan siquiera alcance a convencerse de que no ha sido desposeído, ni por un momento, de su innata capacidad de sacar fuerzas de flaqueza. De tal intencionalidad toma buena cuenta la autora del opúsculo que ahora nos ocupa. No en vano, Ana Riera atesora en su haber obras de similares características. Valgan, a título de ejemplo, las que preceden a la que ahora nos disponemos a analizar: «La sala número cuatro» (revista Spes Unica, nº 37, noviembre de 2013); o, Mujeres que nacieron diferentes (Ma Non Troppo, Redbook, 2015[1]Para conocer en profundidad la obra de la
autora, sugerimos la consulta de su semblanza en línea: Anariera.com (2016). Ana Riera. [en línea] Disponible en: http://www.anariera.com/.
).

Ana Riera es pródiga, además, en traducciones de guiones de cine, u obras de divulgación y de teatro, que revelan, conjuntamente, su bagaje como filóloga en lengua inglesa. Pero, por si ello no fuera suficiente, Riera es una irredenta cinéfila que apenas sí se resiste al irrefrenable impulso de expresar por escrito cuanto de provechoso encierra el séptimo arte.

Deudora de los manuales de autoayuda, nuestra autora sigue la estela de algunos de los máximos exponentes del género, entre quienes se cuentan: Dale Carnegie, Paulo Coelho o Daniel Goleman, por citar a tres de los más conocidos (cabe añadir, a este respecto, que, Cómo ganar amigos e influir sobre las personas [Dale Carnegie, 1936] es una de las obras más populares en esta materia).

Ana Riera, no obstante no ser la pionera en la que, no sin cierta osadía, podríamos denominar «psicología de bolsillo», sorprende al lector por haber concebido la idea de crear una guía cinematográfica como si de un prospecto farmacéutico se tratara, y en el que, naturalmente, no faltan los oportunos efectos secundarios y contraindicaciones, como los que, por regla general, corresponden a cualquier medicamento que se precie.

Por lo que se infiere de su análisis, huelga decir que el mérito de la obra que tenemos entre manos, radica en el hecho de que la película es la piedra angular del discurso en el que toda ella se sustenta, no sin cierta consistencia, habida cuenta de la aventajada experiencia que su autora acumula, no sólo como fiel amante del cine, sino por su trayectoria como traductora, la cual ha contribuido a conferirle la habilidad de haberse familiarizado con la crítica cinematográfica.

Es obvio, por otra parte, que Ana Riera desliza, –quizás, subrepticiamente–, la innegable influencia que ha recibido de algunos de los más relevantes teóricos del cine como Jean-Louis Baudry, quien, con la publicación de L’Effet cinema [El efecto cine] anticipa el tándem “cine y psicología”, pues, indudablemente, no son pocas las referencias al psicoanálisis que subyacen en el libro.

Antes de diseccionarlo advertimos, sin embargo, que dicho libro no es, ni de lejos, un sesudo tratado en el que el lector haya de concentrar toda su atención por temor a perderse en una maraña de teorías inconclusas que no generan más que confusión, sino que, antes bien, se trata de una lectura algo ligera, pero, no por ello, menos indispensable para todo aquél en quien ésta pueda despertar el deseo de hallar alivio en la película indicada.

¿Quién dice que el cine ejerce una sola función como medio de comunicación de masas? El vocablo cine posee las siguientes acepciones:

  1. m. Local o sala donde como espectáculo se exhiben las películas cinematográficas.
  2. f. Técnica, arte e industria de la cinematografía.
  3. m. Conjunto de películas cinematográficas[2]Rae.com. (2016). cine. [en línea]. Diccionario de la lengua española. Disponible en: https://dle.rae.es/cine.

En consonancia con lo anterior, cabe añadir que el realizador español Carlos Saura va un paso más allá, al afirmar que “el cine tiene la función de retratar la realidad con imaginación.” Pero, en lo tocante al presente texto, el cine, es susceptible de percibirse, además, como una proyección del estado de ánimo del espectador, circunstancia, ésta última, que también está sujeta a análisis, análisis del que Riera saca provecho.

El índice del libro que tratamos aquí se divide en siete grandes bloques con una selección filmográfica cuyo objetivo es abordar los estados anímicos a los que cada uno de ellos hace alusión: desengaños, desamor, disgustos, desencanto, descubrimiento, desvelos y desilusión. Como contrapunto al acierto en la elección de estos temas, hay que decir que la selección de las películas tratadas es algo errática, porque no siempre parecen encajar éstas con el tema propuesto.

Con todo, la autora hace gala de una gran habilidad para sortear posibles irregularidades como la que aquí se propone, al aconsejar el porqué de la conveniencia de ver cada uno de los filmes de que se compone el libro[3]Se entiende por irregularidad la elección de una película que bien pudiera estar relacionada con cualquiera de los temas deliberadamente elegidos por la autora.. De hecho, el comentario que hace de cada título sugiere el tratamiento de múltiples temas de interés cuyo debate daría para un capítulo aparte.

Entre ellos, abundan las referencias a la zona de confort, el carpe diem, los pensamientos intrusivos, la gente tóxica, la asertividad, o la resiliencia, por poner unos pocos ejemplos, referencias que podrían resumirse en una exhortación como ésta:

–¡Abandona tu zona de confort, vive el momento, combatiendo pensamientos intrusivos de toda naturaleza, y rehuyendo a gente tóxica, pero, siempre, con asertividad y resiliencia!–.

La receta que propone la autora es, nada más y nada menos que el séptimo arte. Lo más irónico de todo es, sin embargo, que la esperanza parece presidir, ineludiblemente, todo el discurso, porque ésta siempre se atisba en el horizonte, aun a costa de querer rescatar de cada firma las peores tribulaciones.

Buen ejemplo de ello son títulos como Entre copas (Alexander Payne, 2004), Salir del armario (Francis Veber, 2001), El lado bueno de las cosas (David O. Russell, 2012), ¡Mamma mía! (Phyllida Lloyd, 2008), Los amigos de Peter (Kenneth Branagh, 1992), Con faldas y a lo loco (Billy Wilder, 1959), o, Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? (Phillippe de Chauveron, 2014), películas, todas ellas (y algunas más que dejamos a juicio del lector), que no se caracterizan, precisamente, por su pesimismo. De todos modos, como dice Woody Allen: “Si la cosa funciona…”

En cualquier caso, Ana Riera, insistimos, no ceja en su empeño de animar al lector a explorar nuevos horizontes, a fin de combatir la apatía en que puede sumirle la rutina (zona de confort). Le exhorta, asimismo, a aprovechar el momento, porque no hay que olvidar que la vida, que se sepa, sólo se vive una vez (carpe diem). Condición sine qua non para alcanzar nuevas metas es exorcizar viejos fantasmas, y pensamientos, a la postre, que empañan nuestra conciencia (pensamientos intrusivos), además de alejarnos de personas que en nada nos benefician (gente tóxica[4]STAMATEAS, Bernardo. (2012). Gente tóxica. Barcelona: Ediciones B.), de saber decir sí o no cuando conviene, y como conviene (asertividad), y, por último, de crecerse ante la adversidad (resiliencia).

La presente obra no se presenta, empero, como el definitivo remedio al sufrimiento espiritual que parece haberse apoderado de la sociedad actual debido a una crisis de valores aún no resuelta, pero sí contribuye, en el peor de los casos, a señalar las características de una incipiente escala de valores que, aunque suscita conflictos generacionales, es proclive a adaptarse a los cambios más fácilmente que en épocas precedentes, y, lo que es más importante, se trata de orientar a quien lo necesite en su particular búsqueda de la paz interior.

A tal fin, la autora emplea un lenguaje coloquial, pródigo en interpelaciones, en segunda persona del singular, para que el lector se sienta reconfortado al saber que al leer estas páginas hallará solución al malestar que le aqueja. El motivo por el que lo hace es porque lo coloquial, y, por ende, lo cotidiano nos es familiar a todos, es, pues, universal, de fácil comprensión para todo el mundo.

Así, del mismo modo que este consultorio sentimental no distingue entre géneros cinematográficos, el libro en sí es apto para todos los públicos, con especial dedicación al público femenino, al que Ana Riera parece dirigirse en exclusiva en algunos de sus pasajes, sobre todo, cuando se trata, lógicamente, de plantear pautas conductuales inherentes al género en cuestión, o, simplemente, cuando se pone énfasis en un problema que suele afectar a la mujer.

Al tratarse de una obra de formato breve, es de lectura recomendada en toda circunstancia, pero, en especial, en época de descanso estival, estación del año que invita a una indolente reflexión de sobremesa a merced de una suave brisa, pero siempre lejos del mundanal ruido, de aquel que turba los sentidos, porque los pensamientos en los que haya de sumergirse el lector deben fluir de su interior sin interferencia alguna, por más que estas letras no exijan demasiada concentración.

Para acabar, basta con decir que si hubiera que presentar Dime cómo te sientes y te diré qué peli ver, no estaría de más hacerlo como si se tratara de un medicamento. A saber:

Prospecto del medicamento

Composición: Encuadernación de tapa blanda.

Contenido del envase: Obra de 198 páginas de buen ánimo.

Indicaciones: Apta para todos los públicos.

Contraindicaciones: No apta para pesimistas patológicos.

Efectos secundarios: Deseo vehemente de ver todas las películas recomendadas.

Posología: Administrar una dosis durante la sobremesa y antes de dormir.

Para saber más:
  • Anariera.com. (2016). Ana Riera. [en línea] Disponible en: http://www.anariera.com/
  • BELLOUR, R. (2009). Entre imágenes, foto, cine, video. Buenos Aires: Colihue.
  • CHATEAU, D. (2009). Cine y filosofía. Buenos Aires: Ediciones Colihue.
  • Rae.es. (2016). cine. [en línea]. Diccionario de la lengua española. Disponible en: https://dle.rae.es/cine
  • STAMATEAS, B. (2012). Gente tóxica. Barcelona: Ediciones B.
  • URRA, J. (2004). Jauría humana: cine y psicología. Barcelona: Gedisa.

References

References
1 Para conocer en profundidad la obra de la
autora, sugerimos la consulta de su semblanza en línea: Anariera.com (2016). Ana Riera. [en línea] Disponible en: http://www.anariera.com/.
2 Rae.com. (2016). cine. [en línea]. Diccionario de la lengua española. Disponible en: https://dle.rae.es/cine
3 Se entiende por irregularidad la elección de una película que bien pudiera estar relacionada con cualquiera de los temas deliberadamente elegidos por la autora.
4 STAMATEAS, Bernardo. (2012). Gente tóxica. Barcelona: Ediciones B.